La historia de las expresas políticas, como la historia de las mujeres en general, ha quedado sujetada a la historia contada desde una perspectiva androcéntrica, es decir desde el mundo masculino, en el que adquieren protagonismo los grandes eventos, las historias épicas, las grandes manifestaciones, los liderazgos y las resistencias únicas. Otras historias, como las de las mujeres, las de las expresas políticas, quedan invisibilizadas porque no hay condiciones de escucha ni categorías disponibles para comprender la realidad desde otros parámetros. Sin embargo, las mujeres igualmente toman la palabra, narran sus historias, salen a la calle a denunciar y construir otro relato del pasado reciente, que muestra que su experiencia no solo es diferente, sino desigual.
Las expresas siempre construyeron memoria, pero este proyecto focaliza la atención en el presente, un momento particular en lo que refiere al crecimiento del movimiento feminista y a la ampliación de las voces de mujeres. Es en este contexto que algunas participan de manifestaciones públicas convocadas por el movimiento feminista, como el 8 de marzo y el 25 de noviembre, desde un lugar de enunciación como el de expresas políticas. Con los carteles que denuncian la violencia sexual sufrida en dictadura bajan a la calle y se encuentran con las nuevas generaciones, que hoy las reconocen como compañeras de lucha.
En este contexto, y luego de que se construyera un memorial para los expresos políticos, un colectivo de compañeras generaron la iniciativa de construir un memorial para las mujeres expresas. La placa inaugural se colocó en setiembre de 2019 con una leyenda que una vez más enfatiza que las mujeres también construyen historia.